
“Lázaro representa bien el grito silencioso de los pobres de todos los tiempos, en un mundo en el que las inmensas riquezas y recursos están en manos de unos pocos” ha dicho el Santo Padre.
“La puerta de la casa del rico está siempre cerrada a Lázaro. Mientras que Lázaro muere de hambre, el rico come cada día generosamente. Mientras que Lázaro está cubierto de llagas, el rico usa vestidos de lujo. Solo los perros se acercan a él y lamen sus llagas”
Un día murió Lázaro y murió también el hombre rico. Lázaro fue llevado por los ángeles al seno de Abraham y el hombre rico fue llevado al tormento. Desde allí vio a Lázaro al lado de Abraham y le dijo: Ten piedad de mi y manda a Lázaro a meter en agua la punta del dedo para bañarme la lengua, porque sufro mucho.
“Ahora el rico reconoce a Lázaro, mientras que en vida fingía no verlo. ¡Cuantas veces tanta gente finge no ver a los pobres! Si no abrimos la puerta de nuestro corazón a los pobres, esa puerta permanece cerrada a Dios”
“Entonces el hombre rico pide que vaya Lázaro a advertir a sus hermanos para que no tengan su mismo fin, pero Abraham responde: Que escuchen a Moisés y a los profetas”
“Dice Jesús: TODO AQUELLO QUE HICIERON CON EL MAS PEQUEÑO DE MIS HERMANOS, LO HICIERON CONMIGO (Mt 25,40)”