Aunque durante algunos miércoles no se celebrarán Audiencias Generales, Francisco ha querido tener un encuentro más íntimo con 200 personas que llegaban de Francia.
Estas 200 personas, enfermos, discapacitados y sin recursos, han llegado acompañados por el Cardenal Babarin y pertenecen al Movimiento Cuarto Mundo.
Algunos de los asistentes tomaron la palabra para relatar sus vivencias y pedir que la Iglesia abra la puerta a los desheredados de la tierra.
“Ustedes están en el corazón de la Iglesia, porque Jesús siempre ha dado prioridad a las personas que están en una situación límite. La Iglesia ama lo que Jesús ha amado, pero no puede estar tranquila hasta que acoja a todos los que sufren rechazo o exclusión” les ha dicho el Santo Padre.
“El tesoro de la Iglesia son los pobres, dice San Lorenzo. Conserven el coraje y la esperanza; el sufrimiento no durará siempre, porque creemos en un Dios que repara las injusticias y consuela las penas” ha continuado.
“Os pido rezar por los culpables de vuestra pobreza, para que se conviertan. Oren por tantos ricos que celebran banquetes, sin acordarse de los muchos Lázaros que esperan sus migajas”
“Desead su bien desde el corazón y os aseguro que si ustedes hacen esto, habrá una gran alegría en la Iglesia, en vuestro corazón y también en la amada Francia” ha terminado Francisco.
