
En esta maravillosa mañana, donde se respira primavera, la Plaza de San Pedro estaba aún más llena de lo habitual, durante la Catequesis.
Francisco ha explicado hoy, en la Audiencia General, la parábola de la oveja perdida y como el buen pastor deja a las otras 99, para ir a buscarla.
“Cada uno de nosotros es esa oveja que Dios, lleno de misericordia, ha querido cargar en sus hombros para llevarla a casa” dice el Santo Padre.
“Pero no podemos exigirle al Señor que permanezca con nosotros. Si queremos tenerlo, debemos seguirlo allí donde se encuentre la oveja perdida”
“Dios no considera a nadie perdido, Él nos busca hasta el último momento. Para el Señor, cada una de sus ovejas es muy importante y la que va a buscar es la que más lo necesita, la más abandonada” ha continuado Francisco.
“Todos somos ovejas recuperadas y recogidas por la misericordia de Dios y estamos llamados a reunir, junto a Él, a todo el rebaño”
Por último, saludó a todos los peregrinos, haciendo mención especial a los provenientes de España y Latinoamérica.