En el que será el último acto del Santo Padre en República Centroafricana, la Santa Misa, ha pedido a todos abrir una nueva etapa en la historia cristiana de ese país.
Su Santidad habló de la necesidad que tiene la Iglesia de mensajeros de la palabra de Dios que sean “mas generosos, mas santos, mas alegres”
“Y todos estamos llamados a ser ese mensajero que nuestro hermano, de cualquier etnia, religión y cultura espera”
“La vida eterna no es una ilusión, es una realidad que transforma nuestra vida. Es lo que ha fortalecido siempre el ánimo de los cristianos”
“Debemos dar gracias a Dios por la fuerza que nos da en nuestra vida diaria, a pesar de la miseria y la violencia que nos rodea, por el deseo que pone en nuestras almas de dialogar con el que es diferente, de perdonar al que nos hace daño, de construir una sociedad mas justa”
