
La catequesis de la Audiencia General de hoy, la ha dedicado al Papa Francisco a comentar la parábola del fariseo y el publicano.
“Con esta parábola Jesús nos quiere enseñar como se debe orar para invocar la misericordia del Padre” ha dicho el Papa.
“La oración del fariseo es un alarde de sus propios méritos, con superioridad hacia los demás, a los que califica como ladrones, injustos y adúlteros, como el publicano que tenía al lado”
“Mas que orar, el fariseo se complace en el cumplimiento que él hace de las leyes, despreciando a los demás por pecadores. Aquel fariseo, descuida el mandamiento más importante: el amor a Dios y al prójimo” ha explicado Francisco.
“El publicano en cambio, se presenta en el templo humilde y arrepentido, reconociéndose pecador y pidiendo piedad a Dios”
“La parábola enseña que se es justo o pecador, por el modo de relacionarse con Dios y con los hermanos. El fariseo no pedía nada a Dios por que ya tenía todo y el publicano, que solo podía mendigar la misericordia de Dios, se convierte en el icono de verdadero creyente”
“PORQUE TODO EL QUE SE ENSALZA SERÁ HUMILLADO Y EL QUE SE HUMILLA SERÁ ENSALZADO”
“Que María, nuestra Madre, nos ayude a orar con un corazón humilde diciendo: ¡Oh Dios! ten piedad de mi, pecador”